¡Qué complicado es defender lo indefendible o lo idealizado! ¡Qué difícil es defender a quien nisiquiera es conciente de lo suyo!
Respirar en un medio saturado e inconsecuente es casi imposible para quien posee una neurótica visión d e lo correcto, la ética y los deberes.
Izquierda, educación pública, gremio, evaluación docente, profesión docente son palabras que calan hondo, pero que a esta altura suenan confusas.
Jamás me pareció que la evaluación docente fuese apta e incluso su instrumento evaluativo me parece errado, manipulable, un montaje que en muy poco se relaciona a la realidad que vivimos los profesores; por esa razón, y debido a mi tortuosa experiencia con él, cuando tuve la oportunidad de ser parte del proceso acepté el desafío a fin de colaborar en este "parto", en hacer mejor el sistema, en ayudar a mi gremio, no obstante, es complicado ayudar a quien - muchas veces- nisiquiera quiere ayudarse a sí mismo en la lucha, a quien espera mantenerse siempre en lo mismo, amparado por un gremio o un sistema.
En este andar he conocido verdaderos maestros y maestras, gente aferrada a sus ideales, a su profesión, a su compromiso social, pero debo tristemente asumir que ellos han sido pocos. Tal vez en estos trece años he tenido mala suerte, me ha faltado aún más mundo.Suena fuerte, muchos me enviarían a la horca por decir lo indecible, pero es cierto.
Desde mi visión romántica de la pedagogía del oprimido "El profesor es un artista" , y cito a mi adorado Paulo Freire, porque me hace llorar. ¿ Cuántos maestros están dispuestos a recrear el mundo, a redanzar el mundo, a redibujar el mundo?...mmmm....dudo, lo siento, pero dudo.
A mi juicio, la alicaída escuela municipal ( mal llamada "pública") requiere de estos artistas comprometidos socialmente. Y cuando hablo de compromiso social no hablo de simplemente creer que porque se labora en este sistema el compromiso existe per se. Compromiso social , el pacto con los más humildes entre los humildes significa jamás derrotarse, jamás dar pie al relajo, jamás justificarse, jamás dejar de estudiar, jamás dejar de "recrear" el mundo.
Cuando asumo con qué sector trabajo, asumo también el compromiso de ser el mejor, porque mis alumnos requieren lo mejor, lo mejor que tal vez el destino, el dinero y el crecimiento económico capitalista les ha negado.
Por otro lado ¿' qué significa ser un docente vinculado con el idealismo de izquierda?mmmmmmmm....hoy en día me complica ( no por estar cambiando de color sino porque simplemente veo un mundo lleno de palabras que no se condicen con la praxis). Insisto, si por idealismo acepto trabajar con y por los más pobres, entonces jamás me he de permitir culpar al empedrado ni justificarme en él para no rendir. La lucha cotidiana no sólo debe darse en el discurso, el combate debe darse en el día a día, cayéndose, levantándose, sin pie a excusas, mirándose al espejo y asumiendo los errores y las faltas, simplemente porque mi compromiso es tan alto que me obliga a hacerlo. La búsqueda de la perfección es una obligación y tiene que ver mi dignidad, porque esta búsqueda no la realizo porque me paguen más o porque el colegio en que labore me lo exija, sino porque mis ideales me lo exigen.
Frente a la vorágine de este tren que se impuso ¿ sirve la negación? ¿ no es infantil la negación ? ¿ no es infantil creer que porque cierro los ojos algo desaparece ? ¿ no es mejor la oposición? Y en la lucha de oposición ¿ cuál es la mejor estrategia? ¿ hablar, hablar y hablar o actuar y actuar desde diversos frentes?
Sé que para muchos oir esto crea anticuerpos, pero esta idealista que se precia de tener valores de izquierda no comparte muchas cosas que observa y que se validan bajo la bandera de una lucha donde muuuuchos pecadores se salvan gracias a unos cuantos justos.(En fin, creo que esto sucede en todo ámbito, tal vez esté más relacionado a un tema de idiosincracia)
En este día del joven combatiente, sentí la necesidad de hacer ver que la lucha se da desde adentro, como un troyano, en el día a día, con la acción y no sólo con los discursos, pero ¡cuidado! porque en este batallón observo que son muchos los soldados que no saben o - de frentón- no les interesa más que unirse a la tropa para gozar de su protección.
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